El Tour de Francia 2015 incide en el enfoque que ya hemos visto en 2014. Mucha montaña y escasa contrarreloj. Después de los Tours que hemos vivido durante unas décadas en los que se apostaba por dos contrarrelojes largas donde los especialistas podían prácticamente decidir una gran vuelta, llega una nueva etapa hacia un Tour que apuesta más por el espectáculo en la montaña. En 2014 el Tour ya prescindió de la segunda contrarreloj, que solía disputarse en la penúltima jornada, y en 2015 volverá a hacerlo. De hecho, solo habrá una única etapa contra el contro individual, que será en la jornada inaugural, de solo 14 kilómetros.
Tan escasa será la cantidad de kilómetros contrarreloj individual que,según publica dorsal51, no había tan poca contrarreloj desde 1933, es decir, desde hace 82 años. Se puede decir que ni los más viejos del lugar recordarán algo así. Parece que vamos a vivir un Tour de los años 30 en cuanto a recorrido se refiere.
En esa primera jornada, el 4 de julio, el Tour arrancará por vigésima vez fuera de Francia (en concreto, saldrá de Utrecht – en Holanda). Y para los especialistas contrarreloj, no habrá ninguna otra contrarreloj individual. Algo histórico en el Tour. Eso sí, en el ecuador de la ronda gala sí que habrá una segunda contrarreloj, por equipos, de 28 kilómetros, una distancia que a priori no debería marcar grandes diferencias entre los favoritos.
Por tanto, se trata de un recorrido apto para escaladores. Primero porque no perderán mucho tiempo en esos 14 kilómetros y, segundo, porque dispondrán de siete llegadas en alto, tres en los Pirineos, una en el Macizo Central y otras tres en los Alpes, la última de ellas el mítico Alpe D’Huez en la penúltima etapa.
Se puede afirmar, por tanto, que primará el ataque en montaña, que los contrarrelojistas ya no tendrańlos márgenes que les proporciona la última jornada contrarreloj. La batalla se librará, desde luego, en la montaña.
Algunos considerarán que es injusto, que este recorrido prácticamente no da opciones a los contrarrelojistas que se defienden en montaña, al estilo Bradley Wiggins, para otorgar todo el protagonismo a los escaladores.Y, desde luego, tendrán su parte de razón, aunque, en mi opinión, la épica del ciclismo, la que arrastra audiencias y la que nos sentó en el televisor en la época de Perico Delgado, está en la montaña, en los finales en alto, en la arrancada sorpresa y en que, tras Alpe D’Huez, solo habrá Campos Eliseos.
A mi juicio, un acierto de recorrido en pro del espectáculo y, aunque hablar de favoritos ahora es una quimera, desde luego que Contador si no pierde fuelle con respecto a 2014, e incluso, por qué no, Purito Rodríguez, tendrán sus opciones, además de, por supuesto, Nairo Quintana, que ya hizo segundo en 2013, Vincenzo Nibali, que defenderá su victoria, o Chris Froome, que, por edad y demostraciones anteriores, debería ser el favorito número uno.
Eso sí, los corredores tendrán que cuidar mucho su integridad en una primera parte del recorrido, de estilo similar al de las clásicas incluyendo tramos de pavé y un final en el temidos muro de Huy belga, meta habitual de la Flecha-Valona. Hay que recordar que precisamente en la última edición del Tour Froome tuvo que abandonar por una caída en plenos adoquines. Una apuesta arriesgada del Tour porque antepone un día de espectáculo a que alguno de los favoritos pueda tener que decir adiós a las primeras de cambio. Por eso en esta parte del recorrido mi valoración es más crítica con la organización, porque sí, el pavés es espectacular, pero si se te va de la carrera uno de los favoritos se estará hipotecando el espectáculo y la emoción de otras muchas etapas posteriores. Claroscuros, por tanto, en el recorrido del Tour 2015.