Una de las innovaciones ciclistas que llegan al ciclismo en carretera es la del tubeless. Si bien esta tecnología ya se ha impuesto en el mountain bike, en la carretera no terminaba de llegar. Cuestiones como su funcionamiento a altas presiones han retrasado su incorporación al ciclismo en carretera. Pero ya es un hecho, la tecnología se ha vuelto a superar y ahora llega el momento en que cada ciclista debe decidir si merece la pena el tubeless en carretera o si, por el contrario, es una innovación prescindible.
Ventaja del tubeless: evitar los pinchazos
- En mi opinión, la gran ventaja que aporta el tubeless de carretera es evitar uno de los grandes males del ciclista, el pinchazo. Solo pensar en algo que evite tener que detenernos en plena ruta para reparar un pinchazo es realmente tentador. Eso sí, tampoco evita el pinchazo al cien por cien, sino que reduce las posibilidades de sufrirlo. Y, en caso de sufrirlo, el líquido antipinchazos interior hará más sencilla la reparación, que no necesitará desmontaje, como ocurre con el tradicional dúo cubierta-cámara.
- Otra de sus ventajas es el peso, ya que el tubeless prescinde completamente de la cámara.
- Y la tercera es la posibilidad de rodar con presiones más bajas.
Desventajas del tubeless en carretera
Si bien ventajas significativas solo veo una, las desventajas son más amplias. Cada ciclista deberá analizar con detenimiento si le compensa sufrir determinados inconvenientes con tal de beneficiarse de la ausencia de pinchazos…. Vamos allá:
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Las llantas tradicionales no se adaptan al tubeless de carretera
Debes saber que las llantas tradicionales no se pueden adaptar a tubeless, por lo que tendrás que comprar unas ruedas nuevas o esperar a incorporar esta tecnología en una nueva bicicleta si te planteas cambiarla. Esto dista de lo que ocurre en el campo de la mtb, donde las llantas tradicionales sí son adaptables.
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El tubeless de carretera está en periodo de pruebas
Cuando se ha lanzado al mercado es porque las marcas ya han comprobado que funciona. Pero cuidado, cuando un producto tan innovador sale al mercado los primeros en probarlo se convierten en conejillos de indias para ver si realmente merece la pena. Formar parte de los pioneros es una opción, pero también lo es esperar a ver la opinión de los pioneros después de un tiempo prudencial de uso para conocer todos los intríngulis antes de lanzarnos a la piscina.
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Circular a presiones más bajas puede suponer un lastre
Con el tubeless no es necesario meter las presiones tan altas a las que estamos acostumbrados los carreteros. Aunque seguimos hablando de presiones altas y la diferencia no es mucha, está claro que presiones más bajas suponen un mayor nivel de rozamiento y, por tanto, de lastre. Algo seguramente poco perceptible y sutil, que quede claro.
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El tubeless necesita más mantenimiento
Es para mi uno de los grandes puntos débiles del tubeless: la mayor dedicación de tiempos que necesita. Porque el líquido antipinchazos del interior hay que sustituirlo periódicamente para que siga siendo efectivo. Desde luego, nada que ver con la tradicional cubierta y cámara, que puedes dejar durante meses sin necesidad de mantenimiento alguno.
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Mayor coste
Como toda nueva tecnología, implantarla supondrá una inversión económica mayor que si sigues con la tradicional cámara y cubierta. Son de momento pocas marcas las que se han lanzado al mercado con las ruedas de carretera tubeless. Otra cuestión que pone en duda si merece la pena el tubeless en carretera.
Con todo ello, mi impresión es que el tubeless podría llegar a ser muy útil en competición, donde los segundos cuentan y evitar un pinchazo puede resultar vital para ganar una carrera. Aun así, el tubeless tendrá que mejorar para competir contra la ligereza y el agarre que aporta el tubular.
¿Y para el resto de ciclistas? ¿Merece la pena? Pues, en mi opinión, el tubeless no es una opción adecuada para el ciclista que no compite. Si tienes dinero y tiempo y quieres probar, desde luego debe ser una bonita experiencia formar parte del grupo de pioneros de esta tecnología. Pero últimamente tengo la sensación de que las marcas quieren extrapolar a toda prisa las innovaciones pensadas para la competición. En mi caso seguiré con cámara y cubierta, eso sí, una cubierta buena que me mantenga sin pinchar el máximo tiempo posible, como la gama Continental Grand Prix, de la que ya hice una valoración accesible en este enlace. Creo que, de momento, si no compites, no merece la pena el tubeless en carretera.
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