He pasado muchas veces por ese momento fatídico en que vas montado en tu mountain bike, escuchas un fuerte ruido, te preguntas qué ha pasado con sorpresa y, descubres con horror que se ha roto un radio. ¡No, por qué a mí, justo ahora que venía lo mejor de la ruta?”, te preguntas con cierta autocompasión. La ruta deja de ser ilusionante y maravillosa y pasa a ser un via crucis. La desconexión psicológica que aporta la bicicleta de montaña, se torna en el estrés del “¿y qué hago yo ahora con lo meño que soy?” (mecánicamente hablando, claro). Romper un segundo radio puede ser el fin de la rueda que con tanto mimo cuidas y limpias. Pero el problema no acaba ahí, ya que la rotura hay que solucionarla tanto a corto como a largo plazo. Y eso, basándome en mi experiencia, como todo lo que cuento en este blog de ciclismo, es una faena si tienes poco tiempo, ya que, en dinero, no suele ser tan relevante.
Empecemos por el principio. Ruedas con tu mountain y, de repente: “¡clac!”, el ruido. A veces no lo percibes porque puede ser silencioso. Sea de una u otra forma, descubres un radio roto. Bien, a partir de ese momento, si no sabes centrar ruedas, como la mayoría de los mortales, entre los que me hallo, intenta dejarlo de forma que no roce ni haga ruido, aunque tengas que doblarlo.Si puedes extraerlo, extráelo y quítalo de rueda. Te evitará imprevistos. Comprueba si la rueda se ha descentrado mucho ya que, si es así y se ha quedado hecha un ocho más vale que mires hacia atrás y regreses por el camino más corto a casa. Seguir con la rueda en ese estado, además de no ser seguro por la inestabilidad que te puede provocar, puede acabar con una segunda rotura de radio y con la rueda hecha unos zorros.
Pero si, como suele pasar cuando solo se ha roto uno, la rueda se mantiene más o menos centrada, continúa tu ruta con mucha vista y precaución. Quita algo de presión a la rueda para que el neumático ayude en la absorción de impactos y evita, en la medida de lo posible, pisar baches a gran velocidad, bajar por trialeras con piedras y saltos, ya sabes, toca eliminar la parte divertida de la jornada.Y si lo haces porque estás en la marcha o ruta de tu vida y prefieres arriesgar, hazlo pero con la máxima precaución especialmente pensando en la rueda donde se ha roto el radio, que suele ser la trasera.
Consigues llegar a casa y no se ha roto un segundo radio. ¡Enhorabuena! Estamos ante una avería sencilla para un mecánico. Si no sabes centrar ruedas, no lo intentes, el remedio puede ser mucho peor que la enfermedad y donde hay una mínima avería puedes acabar quedándote sin rueda. En internet circulan muchas recomendaciones sobre cómo centrar ruedas, como la de los cracks de Bicitv.com, esa gran iniciativa de la tienda Mammoth, pero el centrado requiere de aprendizaje y experiencia. Y sin estos dos elementos, la puedes liar bien parda. En muchas tiendas especializadas lo saben hacer y te quitarás un quebradero de cabeza que no merece la pena, desde encontrar el radio adecuado a tu medida de rueda hasta ponerte a centrarla sin centrador (con un coste de a partir de unos 60 euros), especialmente si tienes una rueda con freno de disco.
Mi perfil de ciclista es el de una persona con poco tiempo, que lo prefiere utilizar para disfrutar de mi hobby, montar en bici, y no para emprender aventuras centradoras que me van a hacer perder más tiempo del que dispongo. Si respondéis a este perfil, hacedme caso, llevadla a una tienda. Yo la he llevado en Madrid a varias tiendas. Dos malas experiencias porque me sentí clavado en Bike Room y en Bicicletas Salva, ambas en el barrio de Hortaleza, y dos mejores experiencias por resultado y precio (10 euros) en Decathlon Alcobendas y en La Grupetta. En un par de días tendréis la rueda en perfecto estado y lista para la siguiente marcha.
Pero el motivo de este post no es solo el arreglo, sino que voy más allá hacia la pregunta: ¿qué ocurre cuando esta rotura se produce repetidamente y cada cuatro o cinco salidas se vuelve a romper un radio?
Bajar la presión del neumático ayuda a que los radios absorban una menor fuerza y se rompan menos
En este caso lo que a mí me ha funcionado es llevar las ruedas con menos presión. Como mis recorridos muchas veces son de carril bici asfaltado, solía meterle una presión de 4 bares o algo más. Y con esa presión cuando llegas a un terreno de piedras, baches y saltos los radios tienen que absorber todos los golpes. Así que, simplemente bajando la presión por debajo de 4 el neumático absorberá parte del golpe y será más difícil que se parta un radio.
Una solución tan simple es la que apliqué en un determinado momento, a recomendación de un mecánico, y desde que apliqué esta máxima mi rueda problemática “romperradios” que estaba pensando en cambiar, ha pasado a convertirse en una rueda “absorbetodo” que no me ha vuelto a provocar tal rotura. Esta es la experiencia que quería compartir con vosotros, para que tengáis en cuenta que una solución tan sencilla como bajar la presión de la rueda os puede evitar el problema de la rotura de los radios.
¿Y qué desventajas hay en llevar una presión baja?
No se trata de llevar una presión baja, sino de llevar la adecuada para el terreno en el que os estéis moviendo. Mi problema era que la llevaba demasiado alta y que utilizaba para senderos y trialeras la misma que usaba para carretera. No obstante, tened en cuenta que una rueda con menos presión os lastrará levemente en trayectos planos sin muchos baches; y desgastará más la cubierta especialmente por carreteras de asfalto. Para que lo tengáis en consideración a la hora de tomar la decisión. A mi me compensó, sin lugar a dudas.¡Espero que a vosotros os sirva de ayuda también!