Crees que ha llegado el momento de que tu hijo o hija aprenda a montar en bici y no sabes por dónde empezar. Pues no te preocupes, porque lo importante es que sí hay sitio por el que empezar. Obviamente, el niño necesita un proceso e ir paso a paso. Enseñar a un niñ@ a montar en bici os resultará más sencillo si tenéis en cuenta ciertas claves y seguís un plan.
Este post se basa en mi propia experiencia como padre de una niña que aprendió a montar en bici sin ruedines a los 4 años. Y eso que no ha sido, ni mucho menos, su juego preferido. Pero, con un poco de paciencia por su parte y mucha por la mía, hemos conseguido que de sus primeras pedaladas reales a una edad en la que yo solo rodaba con ruedines.
Bicicleta con pedales o sin pedales
Para empezar a aprender, lo importante es que vayan cogiendo equilibrio. Y el equilibrio se fomenta con una bici sin pedales. En ella darán sus primeros pasos, irán adoptando la postura e irán soltándose poco a poco. En esta fase déjales que aprendan jugando y simplemente anímales a que vayan levantando los pies en ligeras pendientes de bajada, para que empiecen a coger el equilibrio ciclista.
Debes animarles a que den fuertes impulsos con los pies para coger inercia. Esa inercia les facilitará el entrenamiento del equilibrio. Pero lo más importante es que no cojan miedo. El miedo es el peor enemigo de la bicicleta, porque con miedo no hay diversión. Y sin diversión no hay aprendizaje.
¿Qué bici necesita el niño para esta fase inicial?
La alternativa más recomendable, en mi opinión, es comprar una bici que sirva para todo el proceso. Es decir, una bici con pedales desmontables. Esa bici nos servirá durante la primera etapa sin instalarle los pedales. Y después, en la misma bici, podrá dar sus primeras pedaladas, como veremos continuación.
Cuándo utilizar la bici con ruedines
Pues en mi opinión, nunca. Aunque soy de ‘nunca digas nunca jamás’, esta vez sí que digo “nunca”. ¿Por qué? Porque los ruedines únicamente paralizarán el aprendizaje durante meses, o incluso años, convirtiendo la bici en un juguete estático y desvirtuado. Es más, los ruedines fomentan el establecimiento de una zona de confort en el niñ@ que hará que sea más difícil superar esa fase. Por eso hay niñ@s que se mantienen en la fase de ruedines durante años sin avanzar.
Si, aun así, optas por ruedines, también existen fórmulas, como ponerlos muy subidos con respecto al suelo para que el niñ@ tenga sensaciones más cercanas a la realidad del equilibrio ciclista. Pero mi recomendación es que no los pongas. Es lo mejor a largo plazo.
Cuándo poner los pedales
Sin duda, la fase más complicada. Como madre, padre o tutor/a, irás viendo a tu hij@ evolucionar en la bici sin pedales. Un día cualquiera le verás subir los pies en una bajada y descender en equilibrio ayudándose ligeramente de los pies. Ese día significará que empieza a estar preparado. Cuando veas que esa habilidad se va repitiendo y que el niñ@ se siente con confianza, anímale a dar el paso a poner los pedales. O a utilizar otra bicicleta que ya tenga pedales.
Si el niñ@ quiere, da el paso con él y ayúdale, porque aquí es cuándo más te va a necesitar. Al verse en una bici con pedales sentirá desconfianza y será reticente. Sin obligarle, anímale a que use su bici con pedales “de mayor” empujándose como hacía cuando no tenía pedales. De esa forma volverá a coger confianza de forma progresiva.
Cuando ya notes que su confianza va en aumento, tiene que empezar a impulsarse y a poner los pies en los pedales. Dificultad alta para ellos. En mi caso, la clave fue dejarla que se impulsara durante largo rato y con un ¡Ya! le indicaba que pusiera los pies en los pedales para empezar a pedalear.
El primer día fue un desastre y padre e hija salimos frustrados de la experiencia. Pero repitiendo el proceso en varias ocasiones, llegó el momento en que se soltó y empezó a pedalear ella sola! Tremenda la satisfacción para ella y para el padre.
Una vez hayan dado el primer paseo real en bici, fomenta la experiencia y haz que, por repetición, vayan alargando los recorridos y haciendo sus primeras curvas. No les ayudes demasiado empujándoles o sujetándoles porque esa tendencia a la intervención detiene el aprendizaje. El papel del padre, madre o tutor/a es más bien el presencial y el estar vigilante para darles seguridad o ayudarles en caso de pequeña caída con un ‘no pasa nada’, siempre que no haya pasado nada claro 🙂 Por cierto, aunque vayan muy despacio, fundamental el casco. Lo mas importante de todo lo explicado en este post es que se pongan el casco siempre.
Para terminar, una recomendación, aprovecha terrenos rectos en ligera pendiente descendente, son ideales para estos primeros momentos porque la inercia de la bajada facilita el equilibrio natural de una bicicleta.
Si quieres contarnos cómo enseñaste a un niñ@ a montar en bici o cualquier cosa en relación a este tema no dudes en dejar tu comentario a continuación. En EntreGloberos te estaremos agradecidos