Retomamos el análisis del recorrido del Tour con este segundo post que analiza la segunda semana. Si quieres ver el recorrido y perfiles de las etapas 1 a la 9, haz clic en este enlace. La segunda semana comienza con un día de descanso. La contrarreloj por equipos del domingo habrá exprimido las fuerzas de muchos corredores y el lunes es el momento de tomar un descanso para iniciar el martes la primera etapa con final en alto.
Etapa 10 Tarbes – La Pierre-Saint-Martin (167 kilómetros)
Primer contacto de la carrera con los Pirineos. Etapa corta, al estilo de las de la Vuelta a España, con final en La Pierre-Saint Martin, una estación de esquí a la que se llega ascendiendo un puerto fuera de categoría, largo (unos 25 kilómetros), con una pendiente media del 5,7%, y pendientes máximas del 11% en los kilómetros 12 y 19. Tras la jornada de descanso es habitual que algunos corredores no se adapten a la vuelta a competición. Además, también es importante tener en cuenta que hasta esta etapa los corredores habrán estado moviendo desarrollos muy altos, por lo que el paso repentino al plato pequeño puede causar alguna sorpresa. Aun así, la etapa tiene un único puerto y lo lógico es que no haya grandes diferencias, ya que la batalla entre los favoritos se concentrará en los últimos 25 kilómetros de etapa.
Etapa 11 – Pau – Caterets (167 kilómetros)
La gran etapa del Tourmalet. Etapa relativamente corta con los ascensos al col de Aspin y al Tourmalet. Cuando se corona el Tourmalet faltarán 20 kilómetros para la llegada, la mayoría en descenso y, para finalizar, una pequeña cota de tercera donde está situada la meta. Desde luego quien quiera hacer diferencias necesitará atacar en el Tourmalet y después lanzarse en el descenso para mantener la ventaja que haya podido conseguir. Tampoco es descartable que algún corredor opte por atacar bajando. Indurain lo hizo en el 91 y ese ataque le valió su primer maillot amarillo en un Tour que acabaría ganando. Como también bajando el Tourmalet, en el 93, Indurain le recortó un minuto a Rominger, que había atacado en el ascenso. Desde luego, en esta etapa será tan importante el ascenso del Tourmalet como el descenso.
Etapa 12 – Lannemezan – Plateau de Beille
Tercera etapa seguida de montaña. En esta ocasión con un puerto de segunda como aperitivo para, a continuación, ascender dos puertos de primera y llegar al final en Plateau de Beille, fuera de categoría. Un puerto de 15,8 kilómetros con una pendiente media de casi el 8%. Un ascenso duro con zonas de pendientes de más del 9% en los kilómetros 3 al 5, y superior al 8% desde el kilómetro 6 hasta el 11. Los escaladores puros al estilo Nairo Quintana tienen en esta etapa uno de sus días más apropiados para el ataque, más aún siendo el tercer día seguido de Pirineos.
Etapa 13 – Muret – Rodez (198 kilómetros)
Una etapa de media montaña con continuos repechos, dos puertos de cuarta y uno de tercera. Etapa ideal para que se organice una escapada entre hombres que tengan cierto margen de tiempo en la general y no sean considerados peligrosos por los favoritos.
Etapa 14 – Rodez – Mende
El sábado se presenta una etapa de esas que pueden deparar sorpresas a pesar de que no sean de las más duras. Terreno escarpado con varios puertos puntuables, entre ellos uno de segunda, para llegar a un final trepidante en el que se sube una cota de cuarta que enlaza rápidamente con un nuevo final en alto, en este caso un puerto de segunda llamado cota de la Cruz Nueva que sube a la histórica localidad de Mende. El puerto, aunque sea de segunda, se las trae, ya que son tres kilómetros durísimos con una pendiente media del 10%. El primer kilómetro tiene una pendiente del 8,3% y es el aperitivo a un segundo kilómetro donde la pendiente sube al 10,5% y a un tercero que llega casi al 11%. En definitiva, una etapa trampa que es más de lo que aparenta y tiene un final durísimo que se adapta a las condiciones de Purito Rodríguez.
Etapa 15 – Mende – Valence (183 kilómetros)
El domingo la etapa discurre hacia la región de Ródano – Alpes. El terreno no es de alta montaña y está salpicado de pequeñas cotas. La última, un puerto de segunda situado a unos 60 kilómetros de la meta, demasiada distancia para pensar en un ataque de algún favorito con expectativas de llegar a buen puerto. Además de que ese puerto no es muy duro, el pelotón dispondría de tiempo para reagruparse y organizar la caza. Pero sí es un terreno dado a las escapadas en grupo para algún corredor que se desenvuelva bien en media montaña pueda conseguir el triunfo.
Tras esta etapa, el lunes los corredores comenzarán a adentrarse en los Alpes con una nueva etapa de media montaña.
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