El ciclismo y las empresas que lo patrocinan necesitan a la televisión para dar visibilidad a sus marcas y conseguir un retorno de la inversión. Las propias televisiones hacen una inversión importante, especialmente en las grandes vueltas, para cubrir tantas horas de ciclismo en directo. Un deporte en movimiento permanente que necesita motos, helicópteros, camiones y personal de todo tipo (conductores, cámaras, locutores o técnicos de sonido, entre otros).
Quiero destacar el enfoque del reportaje “El ciclismo desde dentro” que emitió Canal Plus y que está disponible en Youtube. Se ponen los pelos de punta, os animo a verlo.
https://youtu.be/i1qmUUQQEV4
Pero viendo las retransmisiones de Teledeporte de este año (clásicas de primavera, Giro o Tour de Romandía, por ejemplo) se siguen pareciendo demasiado a las de años anteriores. El ciclismo es un deporte espectacular pero necesita que lo vendan como tal, no como si fuera un coñazo o el momento ideal para echarse la siesta, como no dejan de recordarme los futboleros que se convierten en seguidores oportunistas del ciclismo justo el día de la etapa reina del Tour. Después de ese día solo se acordarán de este deporte para hablar de dopaje y de la época gloriosa de Perico como algo irrepetible. Y el Giro, con Amat Carceler y Carlos Sastre estamos viendo más de lo mismo.
Pero el ciclismo necesita enganchar a esa gente para volver a convertirse en el deporte que un día fue; y el papel de la televisión es fundamental. De nada sirve que Teledeporte dedique muchas horas a retransmitir ciclismo si no ofrece un toque diferente que atraiga a audiencias más populares que la de los que ya de por si somos amantes de este deporte.
¿Cómo se podría hacer del ciclismo un deporte tan espectacular en la tele como in situ?
Cámaras subjetivas en las bicis.
¿Os imagináis una visión subjetiva desde cámaras instaladas en diferentes corredores, donde se vea su situación, el pedaleo del corredor de delante o la cara del de detrás? Ya se hace en el motociclismo y en la Fórmula 1 y el resultado televisivo es espectacular. ¿Por qué no se hace en el ciclismo? ¿Cuando hasta el más globero de los globeros lleva ya su propia GoPro por el monte?
Uso de infografías
Se utilizan algunas, pero se debería hacer un uso más intensivo de ellas. Fichas de los corredores con información sobre su palmarés o sus condiciones como corredor, situación del pelotón y los escapados en un mapa dinámico.
Micro en coches de equipo
A los equipos les interesa que el ciclismo llegue al gran público. Y aunque sean celosos de mostrar sus estrategias, un micro en el coche de equipo donde se pudieran escuchar las instrucciones y ánimos del director a los ciclistas supondría un ingrediente televisivo de gran fuerza. Además, luego habría motivos para la polémica, y eso daría también mucho que hablar en la posetapa.
Pinganillos
Tema de debate, porque sí, su eliminación haría del ciclismo un deporte más parecido a lo que fue en el pasado, a esa épica que no entendía de raciocinios, a ese ataque impulsivo que ahora nos perdemos cuando el director le grita al ciclista: “¡Regula, no malgastes fuerzas!”. Pero en este caso la seguridad del ciclista está por encima de todas las cosas, y opino que su uso debe seguir permitido.
Retransmisiones más dinámicas
No puede ser que pongas la tele en una etapa llana y que escuches a dos pavos hablando de la historia de los pueblos por los que pasa la carrera. No, el tema es hablar de la etapa y de temas relacionados con ella. Intercalar momentos aburridos de la carrera con grabaciones (entrevistas grabadas antes de la etapa, “los pericopuertos”, como ya TVE hace en la Vuelta a España, entrevistas telefónicas en directo con exciclistas, exdirectores, con el seleccionador nacional…) darían más dinamismo.
Un poquito de… emoción
Porque si seguimos como estamos, el ciclismo no va dar ese salto cualitativo nunca. Señores de la televisión, pónganse las pilas, piensen un poco, sean creativos y denle una vuelta a las retransmisiones para que mi señor padre no cambie de canal y prefiera ver los documentales de La 2. Un poquito de emoción, por favor.